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Este Blog pretende ser un lugar de reunión, expresión y comunicación entre personas con un fin; aportar nuestra inteligencia y creatividad para cambiar el mundo, aun estamos a tiempo. No mal interpretéis la manida frase de "cambiar el mundo" como algo pretencioso, el propio instinto de supervivencia que tiene todo ser humano es la mejor prueba de ello.
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miércoles, 22 de noviembre de 2006

Selección "80 poemas de dolor"

Con la fragancia de la noche
entro en tus aposentos,
me sumerjo en tu cama,
nado, emerjo,
a tu lado, en tus sueños ...
... y luego desaparezco.

Soy la estrella que ilumina tu frente,
soy la pasión que te domina,
te ata y caes ante mis besos.
No imaginarás otra cosa
salvo rodearme con tu cuerpo;
besarme y abrazarme
juntos, los dos, en nuestros sexos.

Pero la mañana llega pronto,
devana los sentimientos,
nos arrancan de los sueños
alejándonos con nuestro deseo,
otrora puro, ora necio.

Y enderredor de nuestra alma
vacía sola se queda,
glorias pasadas, unos recuerdos,
de lo que podía haber sido y no fue;
amor eterno.

El gorrión ya no canta tu nombre,
no vuela a tu seno, como antes,
recogiendo migas como alimento,
para sus crías, en nuestro jardín-desierto,
...ahora esta solo, de hambre anda muerto.

Cuan grande fue el jardín
que neciamente convertimos,
con nuestro amor, en desierto.

Que inhóspito se me hace pasear
por sus antiguos parques,
mares de dunas ahora.

Pero hemos aprendido, lo se, los dos,
a no amarnos, a no crear ni creer
en lo que pudo haber,
a no mirar hacia atrás,
... a no sentir.

Ya ni la esperanza nos queda,
pues como mito que era
ni los mitos ya nos quedan.

Solo resta una cosa por decir
para acabar con este canto, este rezo,
solo una cosa mas,
esgrimir un último argumento.

No te amare, ni me amarás,
no en este mundo, eso jamás;
pero nuestras almas,
ya libres de nuestros cuerpos,
libres de nuestras reglas,
libres de nuestras consciencias,
se unirán en el universo,
pues lo que en tierra prohibimos,
se cumplirá en los cielos.

Y así unidos, amada mía,
un todo creciendo,
viajaremos y viviremos,
lloraremos y reiremos,
surcando el firmamento.
Como un cometa,
como una estrella,
sin rencores ni resentimientos,
sin odios y sin dudas,
sin orgullos que mantenernos
formaremos, ya que no en la Tierra,
una pequeña gran familia,
eso si, de estrellas.

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