Trabaneuronas I

Y las lagrimas corren en nombre de nuestros muertos, gimen, mascullan hambre en el seno de Dios, lamen sus putrefactas heridas en carne de león, sin sentido, sin dolor, solo sumisión, y mas sumisión, no hay escape, ninguna progresión a este fatal pudor.

Escritura automática me llaman, pero mas bien yo creo que solo es el aullido lastimero de un alma que no ama, no por falta de propiedad, mas bien por exceso de ingenuidad; aun confiando en un sueño, aun esperando un ideal, que sabes de sobra nunca llegara. No por factible, sino por realidad, la ley de probabilidades no funciona, no es real, chaval.

Aprende de una vez, apréndelo por fin, exclúyete, huye de aquí, pero parte nuestra no podrás formar, aunque mas lo quisieras, no puedes, no puedes dejar de pensar, así que a nosotros, gloriosas bolitas azules, no te unirás.

Esa era la voz del pastor, la oveja, como tal, no habla, solo bala, y bala de una forma tan anodina, que ni siquiera su valido tiene vez, ni su mirada sal, vacías, huecas por dentro, nada mas; eso si, su cuerpo, su lana, de mucho a los pastores sirve. Pero a ellos, su balido, les da igual.

Y por ultimo las cabras, especie en extinción, tanto blancas como negras, las preciosas son las mixtas, la cabra de la cabra, el loco gesto loco del loco, su toque personal. El desvarío de la podredumbre evanescente criada en andrajos de papel, rociada de vinagre, hunde sus heridas en trozos de piel. Y así sigue, desapareciendo, evaporándose en alcohol, quedándose sin color, sumisa al rebaño, perdida de su rincón, alejada por el odio del exterior camina, cabeza gacha, lamiendo pastos abonados de dolor, reminiscencias pasadas de historias con pasión, otrora heroicas, ora tristes delirios de color....
........azul........
.................intenso.............
...hueco...................
..............muerto de vida...............
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........................................ añoro los verdes campos llenos de ira.